El secretario general y portavoz socialista, Daniel Fernández, ha anunciado hoy que el PSOE Santander respaldará institucionalmente a los vecinos y vecinas de Puertochico en su oposición al proyecto de implantación de un McDonald’s en el Mercado municipal, tras la reunión celebrada con representantes de la FECAV y de las plataformas ciudadanas afectadas.

Fernández ha denunciado que el proceso seguido por el Ayuntamiento de Santander, gobernado por el Partido Popular, está marcado por la opacidad, la celeridad injustificada y la ausencia de participación real, recordando que la Junta de Gobierno ha desestimado íntegramente todas las alegaciones, incluidas las del propio PSOE, bajo el argumento de que muchas cuestiones “no forman parte del objeto del proyecto”.

El portavoz ha lamentado que el Ayuntamiento “actúe como aval institucional y urbanístico del proyecto de la multinacional”, en lugar de defender un espacio público reformado con fondos municipales. En este sentido, ha criticado también la actitud de la alcaldesa, “más preocupada por descalificar a quienes se oponen que por escuchar al barrio”, tras haber ordenado retirar en pocas horas la pancarta vecinal contra el proyecto. “El PP solo tiene prisa cuando se trata de silenciar el malestar ciudadano, nunca cuando se trata de responder a los problemas reales del barrio”, ha señalado.

“Vamos a caminar junto a los vecinos. Nuestro compromiso es claro: este proyecto no puede salir adelante sin diálogo, sin transparencia y sin respeto al barrio. Puertochico no merece una imposición; merece ser escuchado”.

Un modelo de mercado que se desvirtúa

El PSOE recuerda que el Mercado de Puertochico fue renovado con fondos públicos para convertirse en un espacio de promoción del comercio local, la gastronomía cántabra y la vida de barrio. Fernández ha subrayado que, “cuando un mercado de barrio acaba convertido en una franquicia global, no hablamos de un cambio menor: hablamos de perder identidad, vida vecinal y el modelo de ciudad que queremos para Santander”.

Sin embargo, la instalación de una franquicia de comida rápida de casi 400 m² —cuando en algunos informes internos se hablaba de 84 m²—, junto con una terraza elevada y cerrada sobre la plaza exterior, supone “la privatización de un espacio vecinal estratégico” y consolida un modelo urbano “en el que los barrios pierden función social para convertirse en un escaparate”.

Fernández ha insistido en que este conflicto “va mucho más allá de un restaurante”.

“Es una cuestión de modelo de ciudad. ¿Queremos mercados vivos, con identidad local, o queremos franquicias que uniformizan todos los barrios de España? ¿Queremos plazas abiertas al encuentro o plazas cerradas para un negocio privado? En Puertochico, el PP ha elegido lo segundo, y por eso vamos a estar con los vecinos”.

El portavoz ha concluido afirmando que el PSOE seguirá defendiendo el interés público, la participación ciudadana y la calidad de vida de los barrios, porque “una ciudad que abandona sus mercados acaba abandonando a sus vecinos”.