Salón de actos durante la ponencia

Santander, 28 de agosto de 2019.

El salón de actos del Ayuntamiento de Valderredible, en Polientes, acogió el pasado sábado desde las 20.00 horas la ponencia ‘La Guerra Civil en Valderredible’, impartida por el profesor de Historia Fernando Obregón Goyarrola.

El acto, organizado por la Agrupación Socialista de Valderredible y apoyado por el PSOE de Cantabria, tuvo como objetivo explicar el papel fundamental que tuvo el municipio al comienzo de la Guerra Civil, cuando el valle se convirtió en la primera línea del conocido como ‘Frente del Norte’, es decir, aquellos lugares de la Cordillera Cantábrica donde la sublevación fracasó.

Mario Iglesias, Zoraida Hijosa y Fernando Obregón

Apoyado por la secretaria de Administración, Acción Electoral y Programas, Zoraida Hijosa, y por el director General de Deportes, Mario Iglesias, Obregón expuso la situación de Valderredible desde antes del comienzo de la Segunda República. De esta forma, el experto, fue desgranando cómo vivieron la guerra los más de 7.000 habitantes que había por entonces en el valle.

En un salón de actos abarrotado, Obregón fue trasladando anécdotas a los asistentes que les sirviesen para entender que, a pesar de que Valderredible no fuese un lugar “caracterizado por tener una tensión especial”, también vivió la guerra de forma “dura e intensa”. Anécdotas como que la primera Agrupación Socialista del Valle se fundó en Ruerrero: “Ya existía en algunos puntos de Cantabria, pero sobre todo ligado a zonas mineras e industriales”, aclaró Obregón.

El experto también reveló curiosidades sobre la ocupación de Valderredible por las milicias de la CNT de Santander en los primeros meses de la guerra, o sobre la importantísima figura del torrelaveguense Eloy Fernández Navamuel, militar y aviador del bando republicano que estuvo al mando del sector de Campoó y Valderredible.

Durante toda la comparecencia, Obregón Goyarrola insistió en la importancia de saber qué ocurrió en cada uno de los casos de personas que desaparecieron y en lo necesario de la memoria histórica. “Es una herida que después de 80 años sigue estando ahí, porque separó todo y a todos: a la Guardia Civil, al Ejército, a los vecinos, a los amigos… y hasta a la familia”, concluyó el profesor.