El PSOE de Cantabria ha respondido al Partido Popular que “la doble vara de medir entre Cartes y Noja solo responde a la debilidad e incoherencias de Buruaga”.

Quiñones ha señalado que “en Noja y Cartes se hace lo mismo, cumplir una ley en un proceso de estabilización del empleo público, en el que se establece el concurso de méritos como marca la legislación”.

“Buruaga por desconocimiento o mala fe ha vertido criticas contra un proceso de estabilización del empleo público que ha beneficiado no solo a la teniente de alcaldesa de Noja sino también a alcaldes del PP en Alcalá de Henares o Ribadesella. La metida de pata es garrafal y no sabe como salir de ella”, ha expresado.

En este sentido, Quiñones ha dicho que “la derecha se ofende porque con el caso Noja se pone en evidencia sus incoherencias y mentiras, que han dado pie a calumnias e injurias”.

Así lo ha expresado la portavoz de la Comisión Ejecutiva Autonómica, Ainoa Quiñones, que ha lamentado que “ante el exceso verbal de Buruaga acusando de corrupción al secretario de Organización, el PP eleva el tono para tapar la barbaridad cometida”.

“Cuando alguien tiene indicios de que se ha producido una corrupción de libro, como dijo ella, lo que hace es acudir a la justicia a denunciarlo, no calumniar en un foro público sin ningún tipo de prueba que lo sostenga”, ha señalado.

Quiñones ha afirmado, respondiendo al refrán empleado por el PP, que “aquí el único ladrón que conocemos, con condena y pena de prisión, se llama Luis Bárcenas y fue elegido por María José Sáenz de Buruaga para ser senador por Cantabria”.

Para la portavoz socialista, “en cualquier lugar del mundo se reirían de alguien que acusa de corrupción a otro formando parte de un partido condenado por corrupción, con una sede pagada con dinero negro, con reconocida financiación irregular y cuyo cabecilla lo eligió ella misma siendo secretaria general como senador por Cantabria”.

Por último, Ainoa Quiñones ha lamentado que María José Sáenz de Buruaga no haya aprovechado hoy para rectificar. “No todo vale en política, difamar y calumniar es un límite que una presidenta del gobierno debería tener muy claro”, ha concluido.